Sus calles todo el tiempo resultan mágicas. El corredor Macedonio Alcalá es el preferido para el paso peatonal de locales y visitantes, que siempre luce bellamente decorado. Es de recalcar nuevamente que estas imágenes fueron tomadas en los días cercanos a la Semana Santa, de allí el decorado principalmente en tonos morados. Este sitio luce muchos de los más bellos altares de Dolores el viernes previo a la Semana Mayor, tradición que ya hemos abordado alguna vez. En otras épocas también luce decorados interesantes, y en la Guelaguetza es uno de los epicentros de esta fiesta.
Ventanales y balcones permiten ver mucho del esplendor de la época virreinal. A diferencia de otras ciudades en México, sin embargo, Oaxaca rara vez luce construcciones de tres o mas pisos, debido a la actividad sísmica que desde tiempos inmemorables ha azotado la región. Aunque 2017 es el sismo mas dañino que ha sufrido esta entidad en años recientes, fue en 1931 la última ocasión en que un movimiento telúrico castigó severamente la capital, y ojalá pasen por lo menos siglos para que algo así vuelva a acontecer. Por esta razón, sus templos, incluso la Catedral, tampoco ostentan torres demasiado altas.
Otro aspecto interesante son precisamente sus muchos templos. Dicen que Cholula, en el Estado de Puebla, es la ciudad en México con más iglesias existentes, pero ciertamente Oaxaca no se queda atrás. Ya hemos mencionado la importancia de la que gozan tres de sus templos. Hay uno más que tiene importancia trascendental, que es el templo del Carmen Alto, donde se venera una imagen de dicha advocación. A ella se ofrecía una fiesta en el mes de julio con calendas y gran algarabía por las calles de la capital ¿Le suena a algo esta celebración?
A propósito de la Iglesia, cerca del Carmen Alto se encuentra esta casa, donde se afirma, vivió Benito Juárez a su llegada a Oaxaca capital. Es interesante como la ciudad y el estado es católica y juarista al mismo tiempo, algo que en la época de Reforma hubiese sido quizá inconcebible, pero parece ser que los oaxaqueños nunca hubieran tenido problema con ello. Por increíble que parezca, también son un tanto porfiristas aunque de manera más moderada. Ambos presidentes, dos de los más polémicos de la historia de México, son originarios de este Estado. Por cierto, la casa natal de Díaz aun se conserva también, a poca distancia de la Iglesia de la Soledad.
Otra particularidad de la ciudad, son las pintas que en algunas edificaciones se muestran. Aunque arte urbano, se tratan de dibujos con motivos de cultura popular que mantienen un estilo asemejándose a grabados, lo que hace que visualmente resulten atractivos y no parecieran obras de vandalismo (lo cual naturalmente no son). Valores tradicionales conviven en armonía con causas más modernas en esta ciudad.
Y así llegamos al Zócalo de Oaxaca. Hay dos explanadas, una frente y otra junto a la Catedral. La primera, en aquella ocasión estaba en remodelación. La segunda tiene un bello quiosco, y una serie de portales. En uno de ellos, en la hornacina superior del inmueble, la Virgen de la Soledad, que aparece de manera continua en varios lugares de la ciudad.
Seria inagotable la belleza de Oaxaca que podríamos mencionar. Ya por finalizar el día de hoy, algunos pocos perfiles más de su arquitectura. Falta aún por mencionar su Catedral, ya que andamos por el centro, la visita a Monte Albán, y tampoco podemos irnos sin probar un poquito de su gastronomía. Queda tiempo aún, pero como este viaje ya se realizó, lo continuaremos en los próximos días, mientras, unas postales mas este día.
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