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domingo, 19 de abril de 2020

TLALPUJAHUA Y SU CANTERA


El pueblo mágico de Tlalpujahua, del vecino estado de Michoacán no deja de ofrecer nunca algo nuevo que aprender del mismo. En esta ocasión conoceremos un poco de su actividad artesanal en cantera, que no es menos importante que la tradición esferera por la cual es ampliamente reconocida.
La Ciudad de Tlalpujahua, uno de los principales fundos mineros durante la Colonia, es aun minera por excelencia.
Y ¿qué puede esperar quien acude a Tlalpujahua buscando cantera? Son tres aspectos los que dan singular riqueza a este visita. El primero está en la gran variedad de tonalidades que se extraen de sus ricas vetas; el segundo, en la habilidad de sus artesanos que, realizando sus propios diseños o trabajando bajo las especificaciones de quien acude a ellos, modelan la cantera con verdadero arte, y el tercero, el bajo precio de este material, que contrasta con la noción de quienes consideran que la cantera es muy costosa.
La explotación de cantera en Tlalpujahua se inicio hace 45 o 50 años.[esto en 1995] Actualmente se trabaja en cinco grandes vetas y en muchas pequeñas, ya que la roca abunda en esta zona.
Utilizando un mazo se golpean pacientemente estas cuñas hasta que se logra desprender la piedra.



Fuente: Guillén, L. (1995) La cantera de Tlalpujahua. México Desconocido. Año XIX (221). Pp. 12-13

viernes, 3 de abril de 2020

INCENDIOS DE DOLOR, TRADICIÓN QUE SIGUE ENCENDIDA

Muchas fueron las tradiciones que en la época Virreinal se tuvieron en nuestro país. En aquel entonces mucho de la vida cotidiana giraba en torno al catolicismo, el cual de alguna forma siempre busco todos los recursos posibles para catequizar a la población, instaurando además diversas fechas como era el Viernes de Dolores:
Se celebra el viernes anterior al Domingo de Ramos y se recuerda el sufrimiento de la Virgen María durante la pasión de Jesús. En México existe la tradición de poner en las casas un altar con la Virgen de Dolores. Se coloca una imagen de la Virgen dolorosa, un crucifijo y una mesa que se adorna con manteles morados o blancos de papel picado, velas y veladoras, figuras de barro sembradas con chia y macetas -sembrados dos o tres semanas antes con trigo o maíz-, banderitas de colores de papel monadas sobre naranjas y aguas frescas de frutas. (Arqueología Mexicana, No. 59)
En la actualidad la situación de esta tradición es de recuperación, pues cada vez mas lugares están volviendo a retomarlo. En especifico, en el Bajío esta costumbre se preservo, de hay que sea costumbre realizarlos todavía en las casas, no así en otros lugares del centro del país, donde es mas común verlos en las iglesias, como es el caso por ejemplo de la Basílica de Guadalupe.
Cabe señalar que estos altares muchas veces se complementan con otros símbolos de la Pasión de Cristo, pues en si la tradición tiene sus propias variantes según la región, presupuesto y recursos.