Ayer hacíamos la entrada a esta entidad, una de las que mas antiguamente ha gozado de importancia histórica en el país, como ya se explicó ayer. Como son visitas breves en estos días, antes de irnos, daremos un breve recorrido por el centro de la ciudad de Veracruz y su Malecón, conociendo parte de la arquitectura antigua que aún sobrevive en ella, lo mismo que algunos de sus monumentos.
Catedral de Veracruz. Como en muchas ciudades, parte de la traza urbana gira en torno a sus templos. Actualmente es sede de la Diócesis de Veracruz y está dedicada a la Asunción de María. Brevemente estuvo recubierta por cantera, pero hoy afortunadamente luce de nuevo con su característico color blanco, el que casi toda su existencia ha tenido. La fachada es austera, lo mismo que su interior, predominantemente neoclásico. Como hasta el siglo pasado solamente ostentaba el rango de parroquia, cerca de la misma se ubicaban cafeterías, una de ellas recibió el nombre de este inmueble: La Parroquia.
En su malecón o muelle aún podemos ver de cerca las embarcaciones que llegan al puerto. Algunos de ellos todavía se instalan en esta orilla, aunque normalmente lo hacen para recibir visitas del público en general, pues el desembarque de mercancías y otros productos ya no se hace en esta parte como alguna vez lo fue. Encontramos aún evidencia de las zonas donde se ataban los barcos anteriormente.
Cerca de allí, antes de llegar, está esta que es la Plaza de la República, donde encontramos edificios como el primer registro civil de México, la oficina de telégrafos, la Aduana y el antiguo convento de San Francisco, hoy Museo Recinto de la Reforma, que es la torre que sobresale en dicha plaza, y que pareciera una iglesia porque de hecho en algún momento de su historia lo fue.
Otro monumento nacional que tiene que ver con la historia de México es el faro Venustiano Carranza, que alojó a este presidente de México cuando trasladó su gobierno a esta ciudad. Hoy una estatua de este personaje se encuentra frente al faro, en recuerdo a este episodio de la historia nacional. Irónicamente, el inmueble fue mandado construir por Porfirio Díaz para conmemorar el primer centenario de la Independencia de México. No imaginaba que uno de los que se alzaría en su contra ocuparía este lugar como presidencia.
Con una historia menos convulsa, se encuentra esta otra torre conocida como Torre Pemex, ocupada principalmente por dicha organización, así como Conagua. Es el contraste de la modernidad con la arquitectura histórica de Veracruz, la cual por cierto es austera, pues sigue parámetros mayormente neoclásicos, debido en gran parte a los saqueos y destrucciones que sufrió en tiempos del asedio pirata en sus costas.
Mas recordada es la gesta heroica que sus habitantes realizaron en por lo menos cuatro ocasiones, al defender al país de las invasiones extranjeras, la última precisamente en tiempos de la Revolución Mexicana. Hoy se alza este monumento que recuerda tales episodios.
Mas positivos son la diversidad de monumentos que a lo largo del Boulevard Manuel Ávila Camacho se extienden camino al núcleo poblacional vecino de Boca del Río. Uno de ellos es el monumento al magisterio veracruzano. En esta entidad, el magisterio tuvo en algún momento una gran importancia y fue uno de los mayores baluartes del mismo en México. Hoy se le recuerda con este monumento.
Existen otros varios monumentos mas a lo largo del camino anterior, están el monumento al migrante español, no el conquistador, sino el del siglo XX, que llegó con la guerra civil española. También estás el de Humboldt, en recuerdo de este científico viajero que visitó, entre otros lugares, nuestro país, pocos años antes de la guerra de Independencia. Igualmente varios monumentos a la vocación marina de la ciudad, y a su cultura. Nos despedimos de Veracruz con estas estampas.
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