El nombramiento de nuevos Pueblos Mágicos es uno de esos problemas un tanto debatidos. Desde los criterios para elegir algunos de ellos (existía un criterio fundamental, donde el lugar en cuestión debió de ser importante en la historia nacional, hoy desconozco si aún se considera) hasta el problema de gentrificación que adquieren una vez se les otorga dicho nombramiento. Sin embargo, quitando todo aquello, hay muchos lugares que por su belleza debieran de ser visitados y promovidos, no necesariamente como Pueblos Mágicos, pero si se le quisiera dar ese nombramiento, con creces lo podrían asumir.
Uno de dichos lugares es Cuilápam de Guerrero, a pocos kilómetros de distancia de la ciudad de Oaxaca. Del convento de este lugar hace poco hicimos mención este año, puesto que es una edificación que aunque en algún momento llegó a estar casi totalmente en ruinas, hoy luce con imponencia reconstruido casi en su totalidad. Una leyenda de su convento la puedes conocer precisamente aquí. Sin embargo, no es solo su convento el principal elemento de importancia, pues además de la historia de los primeros años de evangelización, también en este espacio llegó a estar encerrado Vicente Guerrero en sus últimos instantes, evento de relevancia nacional.
Por si lo anterior fuera poco, este lugar es el que mas se acepta como origen de una de las danzas mas reconocidas no solo de Oaxaca, sino de México mismo, que es la Danza de la Pluma. Hoy en día, se sigue ejecutando con la misma disciplina y respeto con el que desde sus orígenes prácticamente se ha hecho. Los danzantes tienen, como en muchos otros sitios, un encuentro de agrupaciones de esta misma danza. De sus orígenes aún se conserva un escrito con los diálogos originales que la componen, puesto que es una danza teatral.
A todo ello, se suma lo pintoresco que puede ser su centro histórico, con una especie de andador que comienza a un costado del exconvento, que prosigue junto a una explanada, a continuación, se embellece también por la barda perimetral de una escuela, peculiarmente decorada, y finaliza frente al palacio municipal, este último, quizá no tan emblemático, pero de todos modos importante referencia por todo lo que alrededor del mismo se ubica.
En el perímetro mencionado con anterioridad, se ubican las ruinas de una de las originales casas de Cortés, que como su nombre indica, perteneció a Hernán Cortés. Se puede afirmar que de verdad fue mandada a levantar por el anterior por el hecho de ostentar aún en sus muros el escudo de armas de este personaje. Es un vestigio que aunque pequeño, habla de la importancia que llegó a tener esta población casi desde sus orígenes mismos.
Las fiestas tradicionales aún se siguen realizando a lo largo del año. Las principales a destacar son, cronológicamente, la de San Isidro Labrador, la de Santiago Apóstol y la de San Lucas Evangelista. Naturalmente, no dejan de ser relevantes también las otras que en el año se celebran. En imágenes, los locales portan una imagen venerada en el poblado, hacia la parroquia exconvento, donde se realizarían los festejos al mismo.
Estos y muchos mas son motivos importantes para visitar esta localidad cercana a la capital oaxaqueña, ya sea durante el año o en las fiestas que en ella tienen lugar. Las postales y los detalles de arte e historia están casi a la orden del día en cualquier sitio del mismo, que bien valdría la pena visitar al menos una vez estando por esta entidad.
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