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martes, 17 de octubre de 2023

COMO LA LUZ DE MIL CANDELAS: CANDELARIA

Hubo a principios de la década pasada (¿alguna vez han notado que este siglo ya lleva dos décadas?) una serie de spots en la televisión referente a tradiciones de varios lugares del país. El primero de ellos hacía referencia a la fiesta de la Candelaria en Tlacotalpan, que es todavía la principal celebración que en este lugar tiene efecto en torno al 2 de febrero de cada año, y que con esta peculiar frase, y otras no menos poéticas se enmarcaba en el video comercial ya mencionado.
El templo de la Candelaria en Tlacotalpan es uno de los dos mas visitados en esta población, y también el más conocido, pues su colorido y hermosura hacen del mismo que sea un imperdible. El otro templo céntrico que goza de gran cantidad de visitantes es la parroquia de San Cristóbal, del cual se habló ya aquí, y que contrasta por mantener un purismo mayormente neoclásico, en tanto que el de la Candelaria presenta sutilmente un ligero barroquismo, principalmente en la decoración mural que dentro del mismo se aprecia, e innegablemente en su fachada. Algo curioso es que por dentro está abovedado, pero por fuera luce tejado.
En el interior se venera la imagen de la Virgen de la Candelaria. Esta advocación alude al momento de la presentación de Jesús en el templo, 40 días después de su nacimiento. Como era una fiesta que se relacionaba con la luz, en este caso antiguamente muchas veces producto de los cirios, llamados también candelas, se dio dicho nombre a la misma devoción, derivando en el nombre con el que se le conoce. También se le denomina la fiesta de la purificación, de allí que la imagen vista de blanco, en alusión a dicho atributo.
El retablo principal es el más bello de todos, puesto que existen dos laterales en el mismo inmueble, aunque tristemente ambos se han visto afectados por las inundaciones que ha padecido Tlacotalpan (que está a orillas del río Papaloapan). Al estar estos retablos a menor altura que el principal, los estragos son mayores por alcanzarlos el nivel del agua con mayor facilidad. Uno de ellos luce un aspecto mas como inacabado. Ninguno de ellos es barroco, todos son neoclásicos.

El clima del lugar también ha dañado parte de la decoración que en sus muros se encuentra, la cual es muy particular y en pocos lados se encuentra ya, no solo en Veracruz, sino en diversas partes de la República. A pesar de ello ha mantenido mucha de su originalidad, como es por ejemplo su púlpito, que lamentablemente ha desaparecido en muchos templos del país, pero que en Tlacotalpan, al menos en sus dos edificios centrales aún permanece.



Otra singularidad son sus puertas laterales. A pesar de ser un templo relativamente de modestas proporciones, cuenta con dos puertas laterales, lo cual se explica por la necesidad de una constante entrada de corrientes de aire, que permitan ventilar su interior debido al clima propio de una buena parte de Veracruz, y que principalmente ya en Tlacotalpan comienza a ser cada vez mas cálido conforme se desciende de la entidad.
Toca despedirse del templo de la Candelaria. Sin embargo, queda mucho por ver aún en Tlacotalpan, uno de los Pueblos Mágicos mas coloridos y tranquilos de México.

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