El día de hoy casi concluimos el serial que hace poco más de una semana comenzamos rumbo a la festividad anual de Santiago Acutzilapan, poco a poco presentamos diversos datos históricos, así como relatos que se cuentan en algunos lugares de nuestro país tomados de diferentes fuentes.
Hoy presentamos un relato más, pero esta vez no proviene de ningún libro, ni investigación, ni ninguna otra fuente escrita, esta proviene de una de las fuentes más hermosas y más antiguas que existen, que es la de tipo oral.
La leyenda que a continuación presento se me compartió tiempo atrás y hoy quiero compartirla con ustedes:
Cuentan que hace muchos años atrás, en la localidad de Santiago Acutzilapan, había un campanero, que aunque si bien tuviera dicho nombre, su comisión no solo consistía en la de tocar las campanas del templo, sino también hacer la función de sacristán, por lo que además debía de supervisar la limpieza del inmueble, e inclusive, hacer la función de velador.
Para cumplir con esta última función, el mencionado campanero se quedaba por las noches en el campanario de la iglesia. Sucedió que una noche, escucho repentinamente el ruido como de cabalgaduras dentro del templo, las cuales salían galopando a toda velocidad.
Quizá creyendo que se trataría de un sueño, no hizo siquiera el intento de asomarse para ver si había algo extraño, por lo que volvió a su sueño. Mas sin embargo transcurrido un cierto lapso de tiempo, minutos o tal vez un par de horas, escuchó como nuevamente se produjo el ruido de los equinos, esta vez como si entrasen en el templo.
A la mañana siguiente, como cada mañana se dirige al templo para realizar la limpieza, pero al acercarse a la imagen del Apóstol Santiago se queda extrañado al ver como en el sombrero del santo habían restos de ramas de ocote, cosa extraña, pues nunca se ha tenido la costumbre de colocarle dichas ramas.
Pudo haber quedado hasta allí el hecho, pero varias noches más se repitió el mismo hecho de los ruidos de caballo, y en las mañanas a pesar de haber limpiado la imagen el día anterior, el campanero encontraba otra vez restos de ocote, por lo cual contó lo ocurrido.
Y sucedió que varias personas pudieron observar los mismos restos de ocote en el sombrero del Apóstol. Entonces algunos especularon que el Apóstol Santiago salía cada noche del templo para ir rumbo hacia el ocotal a enfrentarse contra los "moros", que quizá tal vez mas bien no fueran sino bandidos, pero de los cuales el Apóstol defendió para evitarle calamidades a su pueblo que cada año con júbilo le celebra.
¡FELICES VÍSPERAS DEL APÓSTOL!
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