Nos remitimos a la descripción, ya muchas veces citada, de Álvarez Noguera: La capilla de la Santa Veracruz, fundada a finales del siglo XVI especialmente para los españoles, fue una de las seis que tuvo la parroquia de San Francisco. Al parecer se construyó con el propósito de alojar al Señor de la Santa Veracruz, Cristo negro que es objeto de importante veneración en el área de Toluca. El edificio actual procede de una larga serie de intervenciones que han transformado, inclusive, las características de su emplazamiento ya que las plazas del centro de la ciudad capital han estado sujetas a continuas reorganizaciones.
Los rasgos de mayor significación de este conjunto son sus componentes barrocos, en especial la portada-nicho, la disposición de los dos cuerpos de ese elemento, y las torres. En la masa de la fachada, pues, se advierte una tardía pero decisiva influencia de los lineamientos compositivos barrocos dado que la forma de nicho y los apenas insinuados estípites desempeñan papeles relevantes en la organización espacial del edificio.
A las dos torres se dieron soluciones, formas y funciones diferentes; la del sur, el campanario propiamente dicho, fue proyectado y construido obedeciendo más a caprichos que a normas; su apariencia, las distintas calidades de sus dos cuerpos principales, así como la ornamentación en general, si bien revelan cierta inclinación por el lujo, ostentan también un aire de anacronismo que lejos de restarle mérito al volumen, le confiere un carácter popular que quizá originalmente no tuvo. Esa característica se acentúa con relativo vigor en la torre norte – encargada de alojar un reloj – cuyas formas llegan inclusive a la extravagancia. (Álvarez Noguera, J.R; (1981) El patrimonio cultural del Estado de México. México. Biblioteca Enciclopédica del Estado de México.)
Algo llamativo de su fachada son las dos esculturas que flanquean la entrada del recinto, un Santiago Apóstol, en su advocación de peregrino, y un San Isidro Labrador. Para ambos casos, la explicación se encontraría en que el sitio fue erigido como iglesia para los españoles de Toluca en el virreinato, de allí que al patrono de España no se le haya representado como el guerrero a caballo que predomina en México, y que también se haya colocado además al no solo patrono de la agricultura, sino además de los madrileños.
El interior es de un estilo muy llamativo, propio del siglo XIX, que recuerda un tanto a la iglesia de San Hipólito en la Ciudad de México, principalmente por su retablo. No es casualidad que de hecho allí mismo se venera a San Judas Tadeo, en una imagen idéntica a la del templo antes nombrado. Igualmente, este recinto recuerda un tanto al expiatorio de San Felipe de Jesús, en la calle de Madero, también de la capital del país.
Con las siguientes imágenes nos despedimos de este, uno de los recintos mas importantes de la ciudad de Toluca, para dirigir nuestros pasos al que jerárquicamente es el más importante de la zona: La Catedral.
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