Respecto a reseñas históricas, volvemos a recurrir a la pluma de Álvarez Noguera, quién comenta lo siguiente de la Iglesia del Carmen:
El templo de El Carmen, fundación del siglo XVIII, fue uno de los más notables emplazamientos conventuales de la ciudad mientras ésta no crecía al grado de transformar las calles adyacentes en desordenadas sucesiones de construcciones civiles dedicadas al comercio. Parte de lo que fue este monumento es ocupado ahora por el Museo de Bellas Artes y otras dependencias. Aunque fue erigido durante los años en que el barroco alcanzó cierto esplendor en México, el edificio es bastante sobrio; contribuyen a darle esa apariencia austera o solemne la espadaña que ocupa el extremo poniente de la portada, la ornamentación general terminada en blanco, el espacio de la capilla anexa – consagrada a Santa Teresa – y aún la torre del campanario, que fue incorporada al volumen de la iglesia en 1814.
En el interior del templo se encuentran interesantes pinturas de Francisco Martínez y de Juan Rodríguez. [Álvarez Noguera, J.R; (1981) El patrimonio cultural del Estado de México. México. Biblioteca Enciclopédica del Estado de México.]
Una maqueta actualmente ubicada en el Jardín Botánico Cosmovitral nos da una idea de la extensión de este exconvento, hoy también Museo de Bellas Artes de Toluca, que ya también recorreremos, aunque lamentando no haber podido apreciar la joya de este museo, que a la vez es una herencia de los carmelitas novohispanos: El catafalco. Pero vayamos por partes, y apreciemos mientras el templo de El Carmen.
Un águila mexicana corona uno de los accesos laterales de la iglesia de El Carmen. Algo curioso es que en este recinto también es tipica la venta de las llamadas "gorditas", como se venden en la Villa de Guadalupe, tal cual de dulce, hechas en comal y envueltas en papel de china. Estamos en el área mas sacra de Toluca de hecho, pues en sus cercanías están los negocios que comercian artículos religiosos. Caso aparte es la Catedral, a poca distancia de aquí, y la Santa Vera Cruz, integrados los tres al paisaje urbano del primer cuadro de la capital mexiquense.Desde luego el interior se presenta solemne. Difiero un poco(como en varias ocasiones se verá) con lo que mencionaba el autor que citamos párrafos arriba, que destacaba la sobriedad del recinto. Mas bien es deslumbrante la belleza con que el neoclásico dejó su impronta en este espacio. La balaustrada que en la parte superior se alza recuerda a lo que se ve en la iglesia de San Felipe Tlalmimilolpan, de la que ya en breve hablaremos. Sus retablos laterales también tienen mérito propio. No pudimos apreciar la capilla lateral porque un lienzo cubría su entrada. Se adolece la ausencia del púlpito, que en fotografías antiguas podía observarse era simplemente bello.Todo remite a la Reina del Monte Carmelo, que, en el altar principal, luce bellamente ataviada a la española. En el mes de julio, cuando se le celebra, es paseada por las calles del centro de Toluca sobre un paso de palio que recuerda los que en la Semana Santa de Sevilla salen a procesionar rumbo a la Catedral. Irónicamente, coincidentemente, o quizá planificado a propósito, la imagen también llega a la Catedral toluqueña en esa ocasión.
Aunque el recinto está dedicado a la Virgen del Carmen, no se puede dejar de lado a la Virgen de Guadalupe, que nunca está ausente en casi ningún templo mexicano. Uno de los dos laterales del crucero lo ocupa un lienzo que la representa. En el otro extremo, la Inmaculada Concepción, otra peculiaridad, pues esta fue una devoción principalmente franciscana.
Magnífico el sonido del órgano que aquella ocasión se podía escuchar, pues acababa de celebrarse una boda. En realidad desconozco si sea el original tubular el que aquella vez sonaba, o era alguno eléctrico el que irrumpía con sus notas en el templo. Aún así fue la experiencia que complementaba gratamente la visita, pues no siempre se tiene una oportunidad de este tipo al visitar una iglesia tan antigua y hermosa como lo es esta.La típica pila de agua bendita que se toma al ingresar a un templo, costumbre hoy casi desaparecida. Sobre esta una de las cruces de consagración. Nos dirigimos ahora al exconvento y hoy Museo de Bellas Artes de Toluca.
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