La temporada de Día de Muertos es una de las mas propicias para mostrar muchas tradiciones y ofertas de entretenimiento a quienes arriban prácticamente a cualquier punto de México. En el caso de los lugares turísticos no podía ser la excepción, a lo cual naturalmente no escapa el Pueblo Mágico de Valle de Bravo, que con entusiasmo celebra estos días, principalmente porque en ellos tiene lugar el denominado Festival de las Almas, que consiste en un serial de eventos familiares, musicales y culturales para todos gustos.
Entre estos eventos, destacan las exposiciones que se realizan en algunos de sus espacios, uno de ellos fue la exposición que de la obra del pintor Nahúm B. Zenil se montó en el museo Joaquín Arcadio Pagaza. Por error, solo almacené dos de las fotografías tomadas en el lugar, lo cual se lamenta, pues había varias obras por demás interesantes en esta ocasión. Por cierto que también se encontraban en el museo, aunque en otras salas, algunos carteles referentes a la lucha libre en el cine, esto como parte de otra exhibición.
En las calles ya se respiraba también el Día de Muertos. El colorido cempasúchil se veía por casi todos lados, lo mismo que la flor de león o terciopelo, según se le llame en cada lugar. Había sin embargo, una flor un poco mas silvestre y menuda, de color amarillento, que al parecer es típica de este lugar en los altares de la temporada, pues se encontraba casi en la misma cantidad que el cempasúchil. Otras flores de diversa variedad se vendían, aunque en menor cantidad.
Algo que también era posible encontrar son los panes típicos del Día de Muertos, que en formas humanas, de peces, animales, y otros objetos y elementos de la naturaleza, se vendían en las calles y el mercado. Resaltaban por la variedad de formas y tamaños que adoptaban. En menor cantidad, había el clásico pan redondo con los llamados "huesitos", que en cambio eran los únicos que se podía encontrar en las panaderías, aunque con diferente receta, pues estos otros panes eran de pulque y canela, lo que les daba otro sabor muy particular lo mismo que delicioso y aromático.
Y como cierre, en el centro, montado temporalmente, el altar de muertos típico de la región, que en este caso todavía es mazahua, contrario a la que quizá es la creencia común de que los mazahuas son mas del norte del Estado de México, pero que ya por estos rumbos más bien comienza a ser suriana. Elementos varios de una misma fiesta, interpretada tan diversamente en cada lugar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario