Aunado al tema de las miniaturas en épocas virreinales, también nos encontramos con otro muy similar que fueron las cajitas de rapé.
El término cajas de rapé suele englobar toda una serie de cajitas delicadamente realizadas en metal, porcelana u otra materia, que se fabricaron sobre todo durante el siglo XVIII, pero que podían tener otros usos, como polveras, estuches para cosméticos, para lunares tan de moda durante los siglos XVII y XVIII, bomboneras y otros mil empleos,Buscar este blog
sábado, 27 de junio de 2020
miércoles, 24 de junio de 2020
MINIATURAS DEL CASTILLO DE CHAPULTEPEC
Hace poco hablábamos de la selfie, una de las tantas variedades de retrato existentes en la actualidad. Hoy los dispositivos electrónicos nos permiten llevar con nosotros no solo retratos, sino aun incluso formas de comunicación con quienes se encuentran a distancias lejanas, pero en tiempos antiguos era casi imposible aquello, por lo que una de las soluciones fueron precisamente los retratos en miniatura.
La miniatura, por su tamaño, mucho más que el retrato cortesano, permitía su contemplación desde una distancia mínima, y daba lugar a una intimidad de la que carecía el gran formato, reforzando las relaciones personales y afectivas. El pequeño formato resultaba sumamente útil en el caso de que hubiera que enviarlas a otros países, y además, abarataba mucho su coste. Pero también las miniaturas, sobre todo en los siglos XVI y XVII, cumplían una función de carácter público con un importante papel político, como imagen sustitutiva del rey.
En el Castillo de Chapultepec se conservan algunos ejemplos de este tipo de arte. Encontramos dos variantes, por un lado los retratos civiles, que serian los de familiares de quienes los poseyeron; por otra parte encontramos aquellos con motivos religiosos, algo común en la época.
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Castillo de Chapultepec,
Virreinato
martes, 9 de junio de 2020
EL MERCADO QUE DIO ORIGEN A LA TRADICIÓN DE LOS BURROS EN CORPUS
En vísperas del día de Corpus muchos seguramente estarán hablando de la clásica historia de los diversos animales de carga que llegaban anualmente a la Ciudad de México durante la celebración del Corpus Christi. No abundaremos mucho en esta historia pues ya es mas del dominio publico que un dato curioso.
Caso distinto es El Parían, un mercado que en su tiempo estuvo situado nada mas y nada menos que en el mismo centro histórico de la Ciudad de México, esto en las inmediaciones de lo que hoy conocemos como el zócalo. Pero mas que la presencia de las mulas el día de corpus, encontramos por ejemplo en el libro Los mercados de la Plaza Mayor en la Ciudad de México lo que sigue:
[...]una vez que las autoridades novohispanas recibieron permiso de la corona para obligar a los indígenas a mantener bien abastecidos a los vecinos de la ciudad, tanto la Audiencia como el Cabildo se dedicaron a atraer a los productores regionales, restringiendo la movilidad de los productos, fijando los precios e imponiendo su forzoso traslado y venta en la capital, para que los víveres llegaran al público de « primera mano ».
El Parían fue en su tiempo entonces uno de los más importantes mercados de la Ciudad de México porque sirvió de abasto para los productos, principalmente los extranjeros, como los venidos de la Nao de China, y como casi todo en la época, no podía quedar exento de la participación en los eventos de la religión durante la época. Es así que su funcionamiento de algún modo fue responsable de una tradición única en la festividad del Corpus en México.
Fuente: OLVERA RAMOS, Jorge. II. El mercado de bastimentos o los « puestos de indios » In: Los mercados de la Plaza Mayor en la ciudad de México [en línea]. Mexico: Centro de estudios mexicanos y centroamericanos, 2007 (generado el 10 juin 2020). Disponible en Internet: <http://books.openedition.org/cemca/548>. ISBN: 9782821827912. DOI: https://doi.org/10.4000/books.cemca.548.
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