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lunes, 8 de abril de 2019

UNA PINTURA CASI IGNORADA EN EL CASTILLO DE CHAPULTEPEC

El Castillo de Chapultepec resguarda en su interior gran cantidad de objetos de valor artístico incalculable. Desde miniaturas hasta grandes lienzos, piezas de orfebrería y esculturas, seria extenso el recuento de las piezas que en el recinto se resguardan. Es tal la cantidad de piezas en su interior que muchas de ellas llegan a pasar desapercibidas.
Una de las diversas salas que nos narra parte de la historia del segundo imperio mexicano es la Sala de estar, donde la emperatriz Carlota llegaba a retirarse en algunos momentos de descanso. Varios son los pequeños cuadros que decoran esta sala y cada uno llama la atención.
Probablemente el que más llama la atención del visitante es el que corresponde a la Basílica de San Pedro en el Vaticano, del cual no es raro que los guías de turistas lleguen incluso a mencionar como dato que este cuadro fue un regalo del Papa a la pareja imperial, sin embargo, no es este el cuadro del cual trata esta entrada, presta atención.
Si aún no lo percibes, el cuadro del que hablamos se encuentra en uno de los muros laterales, el cual representa la plaza de armas de la ciudad de Veracruz. Probablemente, este cuadro, del cual no hemos podido encontrar si se trata de un óleo o una réplica, pero de ser el segundo caso, es de suponer que está inspirado en los grabados y litografías de la época, cuando los viajeros europeos, inspirados por el Barón Humboldt, llegaron a la recién independizada tierra mexicana. Y por si deseas ver cómo es probable que se aprecie de frente el cuadro, aquí una imagen de una litografía similar.


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